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domingo, 19 de febrero de 2012

Bad Blood: Prólogo

Era ya entrada la tarde, aunque el Sol brillaba todavía con fuerza. No pasarían muchas horas más hasta que se escondiese en el horizonte, dando paso a la Luna. Hasta entonces, todavía alumbraba con fuerza el escenario de roca y madera que era parte de una de las bases de RED. El Spy de dicho equipo, perteneciente a la empresa del mismo nombre, exhaló el humo del cigarrillo que se estaba fumando en esos momentos. La misión era una de las habituales: Defender el territorio del ataque de BLU. Un juego más para mostrar quién mandaba, en el que tanto él como los demás mercenarios, tanto de su equipo como del contrario, resultaban ser los peones, los que llevaban al campo de batalla una disputa que llevaba durando siglos, y semejaba no querer terminar en unos cuantos más. Y ellos eran prescindibles, sacrificables y substituibles. Sólo los mejores iban sobreviviendo y pisaban menos la cámara donde los caídos eran revividos para continuar, una y otra vez, con aquél ciclo sin fin.

Al menos, él estaba entre los mejores.

Volvió a sujetar el pitillo entre sus labios, mientras los ojos azules se clavaban en la puerta metálica de la base donde se encontraban los mercenarios de BLU. Dentro de unos segundos, saldrían por ahí, aunque no lo tendrían fácil. De todas formas, casi podía imaginarse ya la formación enemiga: Heavy y Medic con invulnerabilidad temporal para despejar la entrada, con apoyo de un Soldier y, quizás, un Demoman y un Pyro. El Scout aprovechando la confusión para correr a toda velocidad hacia el punto, y posiblemente un Sniper cubriendo a los demás desde retaguardia. Básicamente, salvo pequeñas variaciones y excepciones, solía ser así. Desde su refugio, miró a su alrededor, comprobando que sus compañeros lo tenían todo preparado: Allí se concentraban las fuerzas de ataque, además del Heavy, que permanecía al lado de la puerta junto al Medic en cuestión. Una combinación muy típica pero, bien llevada, casi imbatible. En cuanto al primer punto, posiblemente el Engineer y el Demoman estaban ya trabajando en ello. El Soldier encaramado sobre un tejado, y el Pyro y el Scout flanqueando también la puerta. Un puntero láser rojo sobre ésta indicaba que el Sniper se encontraba también listo. Sonrió ligeramente, y pronto sacó su kit de disfraces. Sólo tenían unos segundos más, así que no tardó en activar su reloj de invisibilidad, y dirigirse a su puesto mientras se iba ya disfrazando.



[...]



-A ver qué tal te las ingenias, novato.

El Demoman de BLU le dio unas palmadas en el hombro al Medic de su equipo, antes de separarse de él para ponerse cerca de la puerta. El aludido frunció ligeramente el ceño, masculló algo ininteligible a través de la mascarilla de cirujano, y continuó utilizando la pistola médica sobre sus aliados más cercanos, en especial el Heavy que tenía ante él:

-“La misión comienza en 30 segundos.”

La voz de Administrator sonó a través de los megáfonos, en su habitual tono frío y profesional. El equipo BLU aceleró la marcha para ultimar los preparativos antes de salir de la base. El Heavy volvió un momento la cabeza, para mirar de reojo y sobre el hombro al Medic:

-¿Es tu primer combate?

-Nein –respondió el aludido, con un marcado acento alemán- . No he estado en muchos combates, perro tampoco han tenido quejas sobrre mí hasta el momento.

-Este equipo de RED no es uno de bebés –continuó el grandullón, con su acento ruso, y su hablar pausado y sencillo, pero frío- . Espero estés a la altura.

El doctor arrugó el entrecejo de nuevo, y dejó un momento de apretar el gatillo para colocarse bien el yelmo espiral, a través del cual, y junto a la mascarilla de cirujano, sólo se veían las gafas y, tras ellas, sus ojos verdes:

-¡Por supuesto que lo estarré!

-Más te vale, doc.

El grandullón volvió de nuevo la vista al frente, sin prestarle ya mayor atención al médico. Éste gruñó ligeramente, aunque pronto inspiró profundamente por la nariz, y volvió a centrarse en dar mayor resistencia a sus aliados. Qué harto estaba de que no le tomasen en serio por su falta de experiencia. Ya había participado en otros misiones de conquista de territorio, saltando de grupo en grupo sin tener compañeros fijos, hasta llegar a ese momento. Momento en que demostraría lo que valía y, si pasaba la prueba, se quedaría con ellos. Si había logrado hacer algo estando rodeado de inútiles, cuánto más de estar a la altura de los veteranos con los que se encontraba ahora:

-“Diez segundos para la misión.”

El Medic sacudió la cabeza, y se forzó a concentrarse en la misión. Aún así, se permitió el dedicar algunas miradas gélidas a la espalda del Heavy, hasta que las puertas comenzaron a abrirse. No esperó a que lo hicieran por completo, ante el temor de un Sniper enemigo, sino que activó la supercarga, y ambos salieron ya con el cuerpo completamente azulado y brillante, logrando una invulnerabilidad temporal. Las explosiones y disparos se iban sucediendo a su alrededor, y observó, con una sonrisa, cómo los enemigos iban cayendo. Para cuando terminó la supercarga, la zona estaba prácticamente despejada, y algunos de sus compañeros ya corrían por el camino que les conduciría hacia el primer punto de control. Aceleró el paso para alcanzar al Heavy, sin adelantarle, y echó un vistazo a sus espaldas para comprobar que sólo les seguía el Pyro. Incluso disparó un momento su pistola médica sobre él, antes de volver al frente y, desde la cobertura que ofrecía el cuerpo del Heavy, sin dejar de avanzar ambos, mirar a lo lejos a la búsqueda de algún Sniper, o de otro enemigo:

-Parrece que las fuerzas se centran-

-más en la defensa”, eso quiso decir. No obstante, no tuvo tiempo, sino que sintió de pronto una dolorosa puñalada en la espalda. Sólo tuvo tiempo de liberar un grito de dolor, antes de que todo se volviese negro.

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